El turismo industrial y de negocios como complemento de otras ofertas turísticas

Cuando hablamos de turismo industrial, lo primero que nos viene a la cabeza, es qué hacen dos términos tan dispares juntos. Turismo e Industria.

Pero nada más lejos de la realidad. Cuando hablamos de turismo industrial estamos hablando de industrias, empresas, instituciones, al fin y al cabo, organizaciones que incorporan servicios turísticos para mostrar su pasado o su presente, sus procesos productivos o de transformación, su know how, para generar así nuevas experiencias para el disfrute de los visitantes que acuden a sus instalaciones.

En la actualidad, las instituciones y administraciones públicas, así como las empresas privadas, están apostando por una oferta complementaria al turismo de sol y playa para hacer frente al descenso de visitantes en el destino buscando, además, desestacionalizar la demanda turística manteniéndola activa durante todo el año.

Sin duda, cuando nos referimos a esa oferta complementaria hablamos, entre otros, del turismo industrial. Un turismo que se presenta como alternativa ante un cambio de paradigma en el sector y una nueva generación de turistas 4.0 que lo que quieren es consumir experiencias, adentrarse en la curiosidad.

Un turismo que, además de generar desestacionalización de la demanda, atrae visitantes de alto poder adquisitivo, fomentando las inversiones e incrementando las oportunidades de negocio.

Permite diversificar la oferta turística ya existente, poniendo en valor el patrimonio y la cultura industrial, consiguiendo una mayor fidelización de los clientes que asocian una experiencia satisfactoria a la empresa visitada.

Tanto el patrimonio industrial como la industria viva forman parte del turismo industrial en los diferentes destinos: minas, molinos, fábricas, empresas agroalimentarias, cerámicas, bodegas, destilerías, cerveceras, juguete, calzado, textil, tecnológicas y un largo etcétera.

Pero para poder convertir el destino en un referente del turismo industrial necesitamos, como en la gastronomía, un hilo conductor, una estrategia que lo organice y lo eleve, en su conjunto, reflejando la calidad y el altísimo valor de las empresas que lo conforman.

Para nosotros, esa estrategia innovadora para posicionar el destino como referente del turismo industrial y de negocios, es la Calidad Turística. Sin duda, la certificación de las organizaciones, que otorga el Instituto para la Calidad Turística (ICTE), mediante la norma internacional UNE-ISO 13810, aportará el reconocimiento y el prestigio que, tanto las empresas como los destinos, necesitan para convertirse en ese referente que hemos comentado anteriormente, pionero a nivel nacional.

Ahora es el mejor momento para posicionarse, nosotros te ayudamos.

 

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